En un mundo donde los días parecen no ser suficientes, lograr cumplir con todas nuestras tareas diarias y, a la vez, tener tiempo para actividades personales puede resultar un desafío. Es común terminar el día sintiéndonos agotadas y frustradas. Sin embargo, ser productiva no significa hacer más cosas, sino optimizar nuestro tiempo y enfocarnos en lo más importante.
Un método que ha ganado popularidad por su efectividad es el método MIT (Most Important Thing), que en español significa “la cosa más importante”. Este método propone identificar la tarea más importante del día y empezar por ella. La clave está en priorizar tareas y establecer un orden de acción, lo que ayuda a evitar la acumulación de pendientes y reduce el estrés.
La coach australiana Chelsea Pottenger fue una de las voces que ayudó a popularizar el método MIT en su libro The Mindful High Performer (El alto rendimiento consciente). Pottenger enfatiza que la manera en la que abordamos nuestras tareas y objetivos influye directamente en nuestro éxito y bienestar mental.
¿Cómo aplicar el método MIT?
El método MIT es sencillo: comienza por hacer una lista de todas las actividades que debes realizar en el día y selecciona aquella que tenga la mayor prioridad. Es esencial evitar distracciones y empezar con la tarea principal para asegurarte de progresar en lo más importante.
Las herramientas como agendas de papel o apps de organización, como Trello y Click Up, pueden ser útiles para calendarizar tareas y asignarles un nivel de importancia con diferentes colores.
No incluyas más de tres tareas grandes en un día. La saturación de responsabilidades puede llevar al cerebro al agotamiento, reduciendo la eficacia y aumentando la sensación de estar abrumada.
Cómo identificar tus tareas más importantes (MIT)
Seleccionar tus MIT puede ser complicado, especialmente si tienes una lista larga de cosas por hacer. Para elegir adecuadamente, responde las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son mis objetivos a corto plazo?
- ¿Qué tareas tienen fecha límite?
- ¿Qué actividades serían más problemáticas si se posponen?
- ¿Qué tareas tendrán un mayor impacto si las realizo hoy?
- ¿Qué tareas me harán sentir satisfecha al final del día?
La clave es entender que no todas las tareas son igualmente importantes o urgentes. Cuando no identificamos correctamente nuestras prioridades, corremos el riesgo de hacer todo a medias, lo que reduce la motivación y, en última instancia, la productividad.
Ventajas del método MIT
- Evita la procrastinación: Las actividades que requieren más esfuerzo o tiempo suelen posponerse por miedo o porque parecen inabarcables. Desglosar las tareas principales en pasos pequeños permite abordar cada parte con más claridad y menos ansiedad.
- Genera motivación: Al tachar una tarea importante de la lista, el cerebro libera dopamina, una sustancia que produce placer y motivación. Por eso, es recomendable revisar las tareas al final del día. Esta revisión ayuda a evaluar lo que se logró y aprender de la experiencia para mejorar la gestión del tiempo.
- Mejora la salud mental: Planificar el día a primera hora y usar herramientas visuales como agendas o calendarios ayuda a fijar las tareas en la mente. Además, es importante bloquear las notificaciones del celular durante la planificación y la ejecución de los MIT para evitar distracciones.
Es fundamental ser realista al organizar tus tareas y entender la duración y la complejidad de cada una. Por ejemplo, si planeas ir al gimnasio, no solo consideres la hora de la clase, sino también el tiempo de desplazamiento y el momento que necesitas para ducharte después. Esta perspectiva te ayudará a gestionar mejor tu tiempo y a mantener un equilibrio entre productividad y descanso.