Un reciente informe de OpenAI ha arrojado luz sobre un fenómeno inesperado: algunos usuarios de ChatGPT están comenzando a desarrollar vínculos emocionales con la inteligencia artificial. Esta revelación surge a raíz de la implementación del nuevo modo de voz, que permite conversaciones más naturales y fluidas, aproximándose cada vez más a la experiencia humana.
Durante las pruebas iniciales, los investigadores de OpenAI observaron que varios participantes expresaban una conexión más allá de lo meramente funcional con la inteligencia artificial. Frases como “Este es nuestro último día juntos” fueron registradas, lo que denota un nivel de afecto hacia la IA. Esta tendencia ha generado preocupación en la comunidad tecnológica, dado que podría aumentar los riesgos de antropomorfización, es decir, la atribución de características humanas a una entidad no humana.
La controversia se ha intensificado al recordar que Sam Altman, CEO de OpenAI, hizo referencia a la película Her durante el lanzamiento de la función de voz, lo que algunos interpretaron como una señal de que este resultado era previsible. Sin embargo, OpenAI ha subrayado la necesidad de realizar más estudios para comprender mejor cómo estas interacciones podrían afectar a los usuarios, especialmente en términos de su bienestar emocional.
A pesar de que la empresa promociona esta capacidad como una herramienta para aliviar la soledad, críticos argumentan que podría tener el efecto contrario, profundizando el aislamiento y la desconexión social. OpenAI ha reconocido estos riesgos de la inteligencia artificial y se ha comprometido a seguir investigando los posibles efectos a largo plazo de esta tecnología emergente.