En la era digital, donde la conexión constante está a solo un clic de distancia, surge un fenómeno profundamente arraigado en nuestra sociedad: el FOMO, o "Fear Of Missing Out" en inglés, traducido como "el miedo a perderse algo". Este fenómeno, aunque exacerbado por las redes sociales y la tecnología, tiene raíces que se remontan a la psicología y sus necesidades fundamentales de pertenencia y validación.
Aunque el término FOMO ha ganado popularidad recientemente, su concepto ha existido desde hace mucho tiempo en diferentes formas. En la década de 1990, el psicólogo Dan Herman lo describió como “una sensación de ansiedad que surge cuando se percibe que otros están disfru*ando de experiencias positivas de las cuales uno está ausente”. Desde entonces, la llegada de las redes sociales ha amplificado esta sensación, ya que constantemente vemos las actividades y logros de otros a través de plataformas.
La constante exposición a vidas aparentemente perfectas en las redes sociales puede llevar a una comparación continua y a sentir que nuestra propia vida no está a la altura, o FOMO. Los filtros selectivos y la edición cuidadosa de contenido a menudo pintan una imagen distorsionada de la realidad, exacerbando los sentimientos de insatisfacción y ansiedad.
El FOMO puede afectar profundamente la salud mental de las personas, especialmente de aquellos con baja autoestima o que se sienten solos, y de las nuevas generaciones que dedican gran parte de su tiempo al entorno digital. Este fenómeno puede desencadenar sentimientos de ansiedad, inseguridades, presión social y, en algunos casos, depresión. Superar el FOMO requiere un enfoque holístico que aborde tanto los aspectos emocionales como conductuales, desarrollando una mayor autoconciencia y adoptando estrategias saludables de afrontamiento para vivir de manera más plena y auténtica.