¿Sabías que a través de ejercicios específicos de respiración es posible reducir significativamente los niveles del estrés cotidiano y reconectar con un estado de tranquilidad? Aquí te presentamos tres técnicas efectivas para lograrlo.
Una de las prácticas más simples y poderosas para reducir el estrés es la respiración diafragmática. Este método consiste en respirar profundamente desde el abdomen, en lugar de hacerlo superficialmente desde arriba. Para practicarla, siéntate o acuéstate en una posición cómoda, coloca una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho. Inhala lentamente por la nariz, sintiendo cómo el abdomen se expande, y luego exhala.
Otra técnica efectiva es la respiración 4-7-8, popularizada por el Dr. Andrew Weil. Este método contra el estrés se basa en una secuencia de conteo para inhalar, mantener y exhalar. Comienza inhalando suavemente por la nariz durante 4 segundos, reten el aire durante 7 segundos, y finalmente exhala completamente durante 8 segundos. Repite este ciclo al menos cuatro veces.
La respiración alterna por las fosas nasales es una técnica tradicional que equilibra el sistema nervioso y reduce el estrés. Para practicarla, siéntate cómodamente y cierra los ojos. Usa el pulgar derecho para cerrar la fosa nasal derecha e inhala lentamente por la fosa nasal izquierda. Luego, cierra la fosa nasal izquierda con el anular derecho y exhala por la fosa nasal derecha. Inhala por la fosa nasal derecha, cierra con el pulgar derecho, y exhala por la fosa nasal izquierda. Continúa alternando durante 5-10 minutos. ¿Te animas a practicar alguna de estas técnicas?