Las constelaciones familiares son una disciplina de sanación que busca reconciliarnos con nuestra historia y conocer los mensajes que traen los conflictos que experimentamos. Basadas en el análisis transaccional, la terapia gestáltica y la dinámica de grupos, las constelaciones familiares evidencian las fuerzas que juegan en un sistema. Cuando no respetamos el orden de llegada de nuestros antepasados o excluimos a alguien del clan, pueden aparecer síntomas, conflictos o afecciones que nos enseñan el desorden en cuestión.
El término "constelaciones familiares" fue acuñado por Carl Gustav Jung, pero fue el alemán Bert Hellinger quien desarrolló esta disciplina en 1978, descubriendo los "Órdenes del Amor". Estas son creencias adoptadas de nuestros padres que nos mantienen cautivos y se interponen en nuestro camino. Al constelar, esas creencias ocultas salen a la luz y pueden ser liberadas y reescritas con la ayuda de un terapeuta, configurando el sistema familiar necesario para trabajar la dolencia de quien decide hacer la constelación.
Las constelaciones familiares pueden sanar conflictos de pareja, agresividad, adicciones, afecciones o falta de éxito material. Esta comprensión, que requiere de trabajo interno, apertura y aceptación, permite resignificar recuerdos dolorosos y emociones no gestionadas.
Sin embargo, las constelaciones familiares tienen sus límites: no se pueden trabajar en duelos recientes o en personas con descompensación psiquiátrica, y no se puede constelar por otros salvo los hijos. Constelar implica soltar el control, dejar a un lado las expectativas y abrirse a la experiencia.