En la actualidad, la salud mental ha ganado relevancia, ya que muchos experimentan altos niveles de estrés que afectan sus relaciones personales y profesionales. Entre los problemas más comunes se encuentra el ser un 'workaholic', es decir, una obsesión con el trabajo que puede tener graves consecuencias si no se detecta a tiempo.
Las personas que son 'workaholics' suelen sufrir de estrés laboral, pero a diferencia de otros, están obsesionadas con su desempeño profesional. Sienten una necesidad incontrolable de estar siempre ocupadas, pensando constantemente en sus tareas y objetivos laborales. Reconocer las señales es el primer paso para solucionar este problema.
Una de las principales señales de un 'workaholic' es la dificultad para desconectarse del trabajo, incluso fuera del horario laboral. Este tipo de persona está las 24 horas pensando en su trabajo, debido al deseo irremediable de destacar por sobre los demás y un miedo constante al error. Además, suelen exceder las horas previstas, incapaces de poner límites a su tiempo.
Este comportamiento no solo afecta la vida laboral, sino también las relaciones personales. La obsesión por el trabajo impide mantener un equilibrio adecuado entre la vida profesional y personal, lo que puede generar conflictos. Además, ser un 'workaholic' está estrechamente relacionado con el desarrollo de problemas de salud, como el estrés crónico, debido a un estado constante de alerta y tensión física.
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