La maternidad es un desafío constante, especialmente cuando se trata de hacer dormir a los niños. Las noches se vuelven interminables, llenas de llantos y despertares frecuentes. Los padres se enfrentan a la frustración y el agotamiento, buscando cualquier método que funcione para lograr que sus hijos duerman. Es un período agotador y estresante, donde el descanso se convierte en un lujo y la paciencia en una virtud esencial para sobrellevar cada día.
Y es que los niños tienen un sueño ligero, desafiando la idea de un descanso ininterrumpido al dormir. Etsuko Shimizu, experta en el síndrome del llanto nocturno infantil, abordó esta situación en su exitoso libro "Dulces Sueños" (Zenith). En este desvela métodos probados para mejorar el sueño de los pequeños, ofreciendo claves fundamentales basadas en su experiencia y conocimiento, ganando popularidad significativa en Japón.
El método de Etsuko Shimizu se simplifica en tres pasos prácticos para todas las edades. La primera es establecer rutinas diarias consistentes, despertarlo suavemente con luz natural y sonidos ambientales y proporcionar un ambiente luminoso y dinámico durante el día, contrastado con un entorno oscuro y tranquilo por la noche. Es crucial evitar que duerman hasta tarde para mantener sus ritmos de sueño regulares. Además, enfatiza la importancia de despertar gradualmente y evitar sacarlos bruscamente de la cuna tras dormir, permitiéndoles tiempo para despertarse como las personas mayores.
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Asimismo, para asegurar un buen descanso nocturno, regular las siestas diurnas es crucial, ya que facilitan la limpieza cerebral y el aprendizaje continuo. Según el método de Shimizu, desde los dos meses se deben planificar tres siestas diarias. Adicionalmente a esto, introducir mimos en la rutina de dormir fortalece el vínculo con el niño. Es recomendable evitar estímulos como pantallas antes de dormir y acostarlo temprano, idealmente antes de las 8:30 o 9:00 PM. Todas estas recomendaciones favorecen un sueño de calidad y prolongado.