Los sueños son, sin lugar a dudas, uno de los fenómenos más interesantes y paradójicos de la mente. Son una expresión concreta de la potencia y la capacidad creativa que tiene el cerebro humano, capaz de crear o recrear historias y escenarios diversos incluso mientras estamos durmiendo y recuperando nuestras energías.
Sin embargo, algo que llama la atención del fenómeno de los sueños es que no parece que todos los tengamos con la misma frecuencia. Seguramente os ha pasado que, en algunas épocas, siempre os despertáis con el recuerdo de un sueño reciente, y en otras, pueden pasar semanas sin que eso suceda. Es, a la vez, algo que se expresa con diferencias entre las distintas personas. ¿Por qué? La ciencia tiene la respuesta a esta pregunta.
La explicación científica detrás de los sueños
Lo primero que debemos aclarar es que más del 90% de las personas sueñan durante la noche, por lo que la diferencia reside en recordar o no recordar lo que pasó en nuestra mente. Los sueños suelen producirse en la fase REM del descanso, caracterizada por un dormir profundo que, en general, se alcanza entre 3 y 4 veces por noche, representando alrededor de un 25% de las horas que pasamos durmiendo.
Asimismo, los sueños se vinculan a las hormonas que regulan nuestro cuerpo. En particular, y principalmente, se producen gracias a la melatonina, que se libera cuando estamos durmiendo o, al menos, descansando. De esa manera, podría decirse que el hecho de tener muchos sueños es un síntoma de un buen descanso. Pero, ¿por qué hay veces que recordemos menos lo que soñamos? Los factores que inciden son diversos.
Los motivos que llevan a recordar menos los sueños
La ciencia explica que existen múltiples factores por los que podemos contar con una menor capacidad para recordar los sueños. Allí influyen, por ejemplo, ciertos factores psicológicos, como la represión de las emociones ante alguna situación complicada que hemos podido vivir.
Asimismo, en los momentos de excesivo estrés, así como se nos complica el descanso, también sucede con el desarrollo de los sueños. Por otra parte, la calidad del sueño (y la estimulación de los sueños) se puede ver afectada por el consumo de ciertos medicamentos, el alcohol, o el tabaco. ¿Os lo hubierais imaginado?
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