El cerebro humano está programado para buscar información constante, especialmente si esta implica algún tipo de amenaza. Desde un punto de vista evolutivo, esto tenía sentido: estar alerta a los peligros aumentaba nuestras posibilidades de supervivencia. Pero en la era digital, este mecanismo se ha convertido en un arma de doble filo.
Las plataformas sociales aprovechan esta predisposición natural para mantenernos enganchados, inundándonos con contenido diseñado para captar nuestra atención. El doom scrolling explota precisamente esto. Cada deslizamiento hacia abajo en el feed activa una pequeña descarga de dopamina, la hormona del placer.
Irónicamente, aunque el contenido que consumimos puede ser negativo o angustiante, el acto de buscarlo activa el mismo circuito de recompensa que se enciende con una buena comida o una conversación agradable. Es un ciclo casi imposible de romper sin un plan consciente. Pero aquí es donde entra la posibilidad de "engañar" al cerebro.
Cómo engañar a tu cerebro para dejar de mirar el móvil
En lugar de tratar de evitar el doom scrolling de manera abrupta, los expertos recomiendan pequeñas modificaciones en nuestra rutina. Por ejemplo, establecer horarios específicos para revisar noticias o redes sociales puede reducir la sensación de compulsión. Usar aplicaciones que limiten el tiempo de uso de estas plataformas también es una estrategia efectiva.
Otra táctica es reemplazar el hábito del scroll por actividades que ofrezcan una recompensa similar pero sin consecuencias negativas. Algo tan simple como completar un rompecabezas, colorear un mandala o incluso leer un libro corto puede ayudar a calmar la ansiedad del cerebro por estímulos constantes.
Estas actividades, aunque menos inmediatas, brindan una sensación de logro y ayudan a regular el sistema nervioso. Además, reconocer que el doom scrolling no es una simple falta de autocontrol, sino una respuesta natural a un entorno diseñado para explotarnos, es un paso crucial. No se trata de "vencer" al cerebro, sino de entenderlo y trabajar con él, en lugar de contra él.