En la era de las plataformas de citas como Tinder o Bumble, cada vez más personas experimentan un fenómeno común: la chispa que parece prometedora en línea, pero se desvanece al conocerse en persona. Este desencanto ha dado lugar a una práctica conocida como dexting, una mezcla entre dating y texting.
“En un mundo donde la interacción social se ha visto cada vez más mediada por dispositivos y aplicaciones, muchos jóvenes encuentran en el dexting una manera de mantener una conexión emocional sin el desgaste de una relación convencional”, explican desde El Confidencial.
Las parejas dexting comparten mensajes cuidadosamente pensados, fotos y audios, proyectando la imagen que quieren mostrar, pero evitando la incomodidad y la vulnerabilidad del cara a cara.
Las ventajas y desventajas del dexting
El dexting tiene una ventaja evidente: proporciona compañía y apoyo sin los riesgos emocionales de una relación presencial. Como describe una joven en la revista Your Tango, “es como vivir una versión de la película Her, pero con una persona real al otro lado”. Esta forma de conexión permite que las interacciones sean controladas, eliminando la espontaneidad y sus incomodidades.
Sin embargo, la realidad no es siempre tan idílica. Nunca se ve cómo reacciona la otra persona ante un problema o cómo maneja la ansiedad. Esta ausencia de interacciones reales deja a las personas con una conexión superficial. “Es una manifestación de la sociedad moderna, en la que la inmediatez y el control son prioritarios frente a las conexiones profundas y espontáneas”, afirman.
Reflexiones sobre un fenómeno en auge
El dexting puede ser un refugio para evitar la decepción y el esfuerzo que implican las relaciones profundas. Aunque parece una solución sencilla a los fracasos románticos, también refleja miedos e inseguridades.
Nos recuerda que, aunque las conexiones virtuales aporten una comodidad temporal, renunciar al contacto humano auténtico puede tener un coste emocional a largo plazo. Quizás sea hora de replantearse si la protección que brinda el dexting vale más que la calidez y profundidad de una relación en persona.