Si tienes el cabello graso, sabes que la sensación de pesadez y brillo no tarda en aparecer después de lavarlo. La clave para mantenerlo fresco es encontrar un equilibrio en la frecuencia y los productos adecuados. Según los expertos, lo ideal es lavar el cabello graso cada dos días para evitar la sobreproducción de sebo, aunque algunas personas pueden necesitar lavarlo diariamente.
Los champús específicos para este tipo de cabello son esenciales, sobre todo aquellos con ingredientes que actúan sobre la cuestión a tratar. Algunos ejemplos pueden ser el ácido salicílico, sulfatos suaves y arcillas, que ayudan a eliminar el exceso de grasa sin dañar el cuero cabelludo.
Otra recomendación para quienes tengan cabello graso es evitar el uso de acondicionadores pesados y enfocarse solo en las puntas del cabello para no agregar más peso a la raíz. Alternar el champú tradicional con uno en seco también puede ser útil para espaciar los lavados, ya que absorbe el exceso de grasa y otorga un look más limpio.
Recuerda que el lavado excesivo, paradójicamente, puede empeorar la situación, estimulando más producción de cebo para compensar. Así que, si tienes el cabello graso, la clave es ser paciente y encontrar lo que mejor funcione para ti, probando diferentes productos y rutinas de lavado.