El esperado reencuentro entre la princesa Charlène de Mónaco y sus cuñadas, Carolina y Estefanía, ha sido la sorpresa de la semana en el Principado. En medio de los rumores de un tenso vínculo entre ellas, las tres royals coincidieron en la catedral de la ciudad-estado para la misa en homenaje al príncipe Raniero III.
Desde la boda de Alberto II y Charlène Wittstock, el vínculo entre la princesa y sus cuñadas ha sido objeto de muchas especulaciones y análisis de gestos. La ausencia de la ex atleta en eventos importantes como el Baile de la Rosa ha alimentado aún más los rumores sobre la tensión entre ellas.
Sin embargo, el homenaje al príncipe Raniero III ha logrado reunirlas. Aunque las imágenes muestran cordialidad entre ellas, se percibe cierta falta de naturalidad en el encuentro. El gesto más efusivo ha sido el de Charlène con su sobrina Carlota Casiraghi, a la que ha abrazado y besado.
El encuentro entre las tres royals ha sido toda una sorpresa para los medios y el público en general, ya que no es habitual verlas juntas fuera de eventos oficiales en los que su presencia es obligatoria. Los rumores sobre su tensa unión persisten pero al menos por un día, Charlène y sus cuñadas se han reunido en un homenaje muy especial para el Principado.