El 31 de agosto de 1997 el mundo se detuvo: la princesa Diana, más conocida como Lady Di, y otras dos personas perdieron la vida durante un accidente automovilístico en París, lo que conmocionó a la población y generó un impacto que ha continuado sintiéndose 25 años más tarde.
En aquel entonces, Lady Di, de 36 años, se encontraba comenzando un nuevo capítulo luego de su divorcio del príncipe Carlos. Sin embargo, su vida se vio repentina y trágicamente truncada, así como también la de su acompañante, Dodi Al Fayed, y el conductor, Henri Paul.
Desde sus primeros días como “la princesa tímida” hasta su tiempo como la “princesa del pueblo”, Lady Di fue contra la corriente y se hizo lugar tanto dentro como fuera de la familia real, generando una impresionante buena impresión en la sociedad. Su legado continúa al día de hoy como una de las miembros de la realeza que defendió sin reparos a los grupos más vulnerables.
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La influencia de Lady Diana marcó el devenir de las generaciones futuras. Su labor humanitaria ha dejado un legado que sus hijos continúan y su influencia se percibe en el resto de monarquías. "Todos los días, espero hacerla sentir orgullosa", dijo el príncipe Harry recientemente, agregando que las flores favoritas de Lady Di eran, oportunamente, las nomeolvides.