Los últimos meses han estado llenos de emociones para la infanta Elena. La hermana del rey Felipe ha tenido que sobrellevar la nueva faceta laboral de su hija Victoria Federica y la desenfrenada vida que su primogénito Froilán lleva. A los problemas de su núcleo familiar se sumó la pérdida de uno de sus mejores amigos, José María Álvarez de Toledo.
Ante estos desafortunados eventos, la imagen de la infanta Elena desmejoró por completo. Y es que la madre de una de las influencers de moda más cotizadas del momento, estaba acostumbrada a lucir sus rizos naturales marcados con espuma o definidos con fijador y la paleta de colores que utilizaba para vestir era opaca.
Sin embargo, la hermana del rey Felipe sorprendió a todos en su última aparición pública en el Convento de las Madres Claras de Caravaca. La infanta Elena utilizó una falda de lunares blancos con fondo en color camel y una blusa camisera blanca de manga corta muy fresca. A pesar del sorprendente estilismo, lo que más llamó la atención fue el cambió de look al que se sometió la infanta.
La infanta Elena se arriesgó con un look bastante juvenil: un rubio un tono más claro, sin canas y con un cabello matificado, con un color mucho más unificado. Además, la madre de Froilán también decidió cortarse unos centímetros de su melena. Sin duda, este cambio le sienta genial a la primogénita del rey Juan Carlos I.