Máxima y Guillermo Alejandro se conocieron hace casi 23 años en Sevilla, por lo que volver a Andalucía tenía un significado muy especial para los reyes de los Países Bajos. Además de retornar al sitio de ese primer flechazo, el viaje fue una bonita oportunidad para que sus hijas conozcan el lugar donde empezó todo.
Guillermo Alejandro y Máxima se han ido hasta el sur de España, precisamente a Córdoba, donde han disfrutado unos días solos, con escasa presencia de su personal de seguridad. Una de las visitas obligatorias en su estadía ha sido la Mezquita: el símbolo de la ciudad es uno de los monumentos nacionales más conocidos en el mundo y no quisieron perdérselo.
Los reyes de los Países Bajos entraron al templo como dos turistas comunes y contrataron un guía privado allí mismo, sin pasar por ningún filtro de seguridad adicional. Pero Guillermo Alejandro y Máxima han tenido tanta discreción en su recorrido que ni los propios trabajadores del monumento se enteraron de su paso por allí.
Luego, compartieron una velada en el restaurante Ermita de la Candelaria. Sus responsables se sintieron honrados de que los reyes hayan elegido este lugar para comer, si bien en un comienzo no estaban al tanto de que recibirían a un jefe de Estado como comensal, hasta que fueron avisados por la policía local. Muestra de la discreción y el bajo perfil que deseaban mantener Guillermo y Máxima, la reserva que habían hecho había sido sin especificar realmente a nombre de quién era.
No es la primera vez que los reyes de los Países Bajos visitan España exhibiendo un bajo perfil. En 2008, siendo todavía príncipes, fueron invitados por la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin a visitar Barcelona. En esta oportunidad, han elegido visitar Córdoba y otras ciudades de Andalucía con la intención conmemorar su vigésimo aniversario de boda. Y, al parecer, ambos han aprovechado para disfrutar pasar tiempo los dos solos.