Entre los variopintos escándalos que sacuden -y han sacudido- a la corona británica está el renombrado caso de abuso por el cual Andrés de York fue condenado. Una mujer lo denunció y el royal tendrá que pagar una millonaria cifra a modo de indemnización. Quien saldrá a pagar la deuda será la mismísima Reina Isabel II, de cara a una multa sobre la que puedes leer en detalle aquí.
Y la polémica se encendió. ¿No está en cierto punto encubriendo o hasta avalando lo sucedido? En su carácter de monarca, la Reina Isabel II también debería ejercer algún tipo de juicio ético y personal con respecto al Duque de York, pero -en vez de eso- salió a respaldar sus deudas y pagar los platos rotos del delito y del escándalo mediático. Una forma rápida y hasta quirúrgica de apagar el bullicio de la prensa.
Lo que impresionó fue la millonaria cifra que tendrá que desembolsar la Reina Isabel II para salir a respaldar a Andres de York. Se tratan de -ni más ni menos- que de 14 millones de euros. La monarca recurrirá a un fondo especial del ducado de Lancaster para solventar los gastos. Se trata de un conjunto de propiedades que datan del siglo XIV cuyo destino era el de cubrir cualquier tipo de gasto que tuviera el monarca de turno.
¿Qué está pagando la Reina Isabel II? ¿Un favor a una familiar o un salvataje a toda la institución que ella encabeza? Según la especialista en realeza Penny Junnor "habría sido muy sucio, embarazosos y humillante ir a juicio", debido a "la prensa sensacionalista". Más allá de todo condimento extra que le inyecte el periodismo, estamos frente a un doble escándalo: primero el abuso, y después el encubrimiento de Isabel, quien tendría que desprenderse del Duque y repudiar públicamente lo sucedido.