El príncipe Harry y Meghan Markle viven en una lujosa mansión estadounidense desde el nacimiento de su primer hijo, Archie. La paz y tranquilidad que habían alcanzado en la vivienda ubicada en Santa Barbara, California, se vio alterada por un problema que sufrieron en los últimos días.
La mansión de once millones de dólares del príncipe Harry y Meghan Markle cuenta con todos los lujos. Está equipada con grandes jardines, tiene sauna, pileta, una librería gigante y hasta su propio cine. Sin embargo, a menos de dos años de instalarse allí, descubrieron que el lugar tiene una importante desventaja.
El príncipe Harry y Meghan Markle están sufriendo un potente olor a podrido que llega hasta su mansión. "Huele a desechos que se han estado pudriendo al sol. Me revuelve el estómago. He visto a muchos propietarios de viviendas cerrar las ventanas cuando llega el viento", confirmó un vecino de la zona al diario The Daily Mail.
El repugnante hedor que afecta a la mansión del príncipe Harry y Meghan Markle proviene del Refugio de Aves Andrée Clark. Este es uno de los refugios de vida silvestre más grandes de la zona con una extensión de 16 hectáreas conformadas por pantanos en donde el agua se estanca y genera fuertes olores. "Son esporádicos pero a veces empeoran", afirmó el administrador del agua.
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