La historia de Grace Kelly parece salida de un cuento de hadas. Una de las actrices más hermosas de Hollywood se enamora de un príncipe, renuncia a su carrera por amor y se convierte en la princesa más admirada del mundo. Pero, detrás de todo ese lujo, se encontraba una vida de sufrimiento provocada por dos personas que le hicieron la vida imposible: su suegra, la princesa Carlota Grimaldi, y su cuñada, la princesa Antoinette.
La madre de Rainero de Mónaco, la princesa Carlota Grimaldi, así como la duquesa de Valentinois, Antoinette Grimaldi, se encargaron de hacérselas padecer a Grace Kelly desde que puso un pie en Mónaco en 1956. Es que, ante sus ojos, una muchacha proveniente del mundo de la actuación de Hollywood nada tenía que hacer respecto a la independencia de su país. Grace Kelly, ante sus ojos, no calificaba para tal tarea y se lo hicieron saber.
Grace Kelly no la tuvo nada fácil desde antes de conocer a su suegra y a su queridísima cuñada. La actriz de 26 años no solo tuvo que pagar 2 millones de dólares de dote, sino que además tuvo que someterse a diversas pruebas de fertilidad para poder ser la esposa de Rainiero. Sin embargo, jamás esperó encontrarse con los ataques despiadados de las familiares de su marido con los que se encontró en Mónaco.
De acuerdo a lo escrito por Wendy Leigh, en el libro ‘True Grace’, una biografía sobre Grace Kelly, los meses previos y posteriores a su casamiento con Rainiero fueron realmente un calvario. "Fue humillada y extremadamente infeliz", aseguró la autora, quien además explicó que la exactriz vivía rodeada de la decadencia y los peores contactos del príncipe.
Ambas actuaban con odio hacia ella por su envidia, porque deseaban su puesto. De hecho, en varias ocasiones, Grace Kelly aseguró que su suegra tenía más interés por los perros del palacio que por sus propios nietos. Asimismo, testigos aseguran que su suegra no tenía ni una gota de cariño para con la esposa de su hijo, la despreciaba y todo se podía evidenciar en el trato que le dio a lo largo de los años.
Un ejemplo claro es que Carlota jamás le regaló ni le prestó una joya a su nuera. Las legó de forma íntegra y póstuma a su nieta, Carolina de Mónaco. Sucede que para la madre de Rainiero, Grace Kelly cometió el imperdonable error de llevarse bien con su exmarido.
La historia de Grace Kelly puede sonar muy familiar. De hecho, se podría trazar cierto paralelismo con el horror vivido por la propia Diana de Gales. De hecho, Lady Di y Grace tuvieron un encuentro cuando la primera tenía 19 años. En la charla, la esposa de Carlos le comentó que se sentía muy sola viviendo entre los Windsor, y Kelly le respondió: "No te preocupes querida, solo empeorará".
También se puede comparar con la historia de Enrique y Meghan Markle. Ella actriz y él miembro de la familia real. Meghan fue duramente discriminada por la corona británica por su color de piel, lo cual incluso la llevó a considerar quitarse la vida luego de dar a luz a su primer hijo, Archie.