Esta historia estremeció hace semanas a toda Holanda, en especial a las familias reales europeas que presenciaron cómo los Orange recibieron advertencias sobre un posible secuestro de Amalia. La heredera al trono neerlandés se encuentra en peligro y es por ello que Máxima y Guillermo tomaron la decisión de protegerla en su palacio.
Con 18 años y todo un futuro por delante, Amalia inició sus estudios universitarios de política, psicología, derecho y economía en La Haya. Con la ilusión de preservar una vida normal en la que podría pasear en bicicleta, salir con amigos y experimentar las sensaciones de una muchacha de su edad, la expectativa de la hija de Máxima se vio truncada por mensajes contra su propio ser.
Por primera vez, le llegaron al clan Orange y al primer ministro mensajes encriptados con una advertencia ofensiva: ambos podrían ser capturados y mantenidos en cautiverio. Por estas razones, Máxima y Guillermo tomaron medidas para preservar a la princesa Amalia. Entre ello, la ubicaron en el palacio Huis ten Bosch, la residencia oficial de la realeza en La Haya, y desde allí lleva adelante sus estudios de grado.
La princesa Amalia se imaginó un mundo perfecto, en el que podría experimentar una vida tranquila, normal, como la que llevó durante sus años de niñez junto a sus hermanas en Amsterdam, en donde la familia real siempre presentó cercanía con el pueblo. Ante la existencia de un grupo organizado y con intenciones de terminar con la paz de Holanda, la hija de Máxima deberá recluirse para estar a salvo.