El 9 de abril el mundo se detenía con una noticia: el príncipe Felipe de Edimburgo fallecía a los 99 años por causas naturales. Además de su funeral, múltiples homenajes y gestos conmemorativos se realizaron desde ese momento para honrar a quien supo ser el esposo de la Reina Isabel II por más de 73 años. Y hoy no fue la excepción.
La soberana decidió que se plante en el jardín del castillo de Windsor una rosa que lleva el nombre de Duque de Edimburgo. Más específicamente, en el East Terrace Garden, que puede verse directamente desde la habitación privada de la monarca. De esta forma, cada vez que se asome a la ventana, podrá admirarla y rendirle tributo.
La flor fue un regalo de Keith Weed, presidente de la Royal Horticultural Society, quien se la entregó personalmente la semana pasada y le explicó el porqué de su nombre. “Es una rosa llamada Duque de Edimburgo para conmemorar su centenario y es una rosa conmemorativa de todas las cosas maravillosas que hizo durante su vida y para que todos recuerden tanto de lo que hizo” declaró.
Este homenaje por el aniversario número 100 del príncipe no fue el único que realizó la reina de Inglaterra. En el día de ayer, durante una audiencia virtual para dar la bienvenida a los nuevos embajadores de Reino Unido, la soberana lució un broche de diamantes y rubíes en forma de mariposa que Felipe le había regalado en 1947 por su matrimonio. Definitivamente, el príncipe sigue más vivo que nunca en el corazón de Isabel II.