Frío, hambre, sed, miedo y desconcierto son algunas de las cosas por las que atraviesa un animal cuando es abandonado en las calles. Muchos, desde que son apenas recién nacidos, lo padecen, aunque otros lo experimentan luego de estar bajo el abrigo de un cálido hogar.
Generalmente, la mayor tasa de abandonos de animales se da durante los periodos vacacionales cuando los dueños irresponsables no saben con quiénes dejar a sus mascotas. Por eso, toman la decisión de abandonar a su perro o a su gato a la buena de Dios, lo más lejos posible de la ciudad.
Las rutas o carreteras alejadas son los sitios que más escogen para abandonar a un animal, no solo dejándolos expuestos a todo lo mencionado, sino también a los vehículos que pasan por allí, ya que pueden producirse accidentes. Por eso, si encuentras uno abandonado, tienes que saber que hay pasos a seguir: acercarse despacio y suave para no generarles mayor temor del que ya tienen; hablarles suavemente para que noten que eres amigable; acariciarles para que comiencen a confiar en ti.
Por otro lado, ni bien puedas ganarte su confianza, debes darle agua y algo de comer a ese animal para luego llevarlo inmediatamente al veterinario. Allí procura que le hagan un análisis completo de su estado en general. Una vez que sepas que está bien y no corre peligro, llévalo a casa y allí comienza con su proceso de adopción.