Es preciso entender que una mentira es una información que no es verdadera y que de igual manera es ofrecida por alguien. Ese alguien tiene diferentes motivaciones para hacer lo que hace: el simple hecho de mentir, protegerse de alguien, protegerse a sí mismo e incluso preservar una imagen idealizada de sí.
Claro que mentir tiene sus consecuencias negativas a priori, aunque la persona crea que ocultar la verdad o tergiversarla puede aportarle algún beneficio. Pero para algunos expertos en psicología hay una serie de estrategias a través de las cuales las personas podrían dejar de mentir. No obstante, resulta imprescindible, en primer lugar, que el mentiroso acepte su realidad y asuma que miente, siendo esta una conducta totalmente perjudicial para sí mismo y para su entorno.
Luego, esa persona que tiene el hábito de mentir debe practicar la autoaceptación, trabajando en su autoestima y siendo honesta primeramente consigo mismo. También es imprescindible que identifique la motivación que lo lleva a mentir, y para eso debe explorar sus emociones más profundas. Por supuesto que tiene que asumir el compromiso de ser honesto, y para eso debe mantener una comunicación fluida con quienes lo rodean, reconociendo sus límites y pidiendo ayuda cuando lo necesita.
Es vital que la persona en cuestión entienda que con sus mentiras ha hecho daño, por lo que debe pedir perdón con quien corresponda. Con esta generará credibilidad y quienes lo rodean comenzarán a ver un cambio en sus actitudes. Al mismo tiempo, es sumamente importante que en este camino hacia la honestidad establezca relaciones sinceras, sin tener la necesidad de aparentar ser quien no es. Por último, además de buscar ayuda en el círculo cercano, resulta interesante buscar ayuda de un profesional de la salud mental, quien le brindará aún mayores estrategias. Luego de leer esto, tú nos dirás: ¿Una persona puede entonces dejar de mentir?