La princesa Amalia de Holanda ha sorprendido a todos con su reciente reaparición pública durante las celebraciones del Prinsjesdag, uno de los eventos más importantes de la Familia Real de los Países Bajos. Este acto, en el que el rey Guillermo pronuncia un discurso escrito por el primer ministro, contó por tercer año consecutivo con la presencia de la heredera, quien compartió la jornada con su hermana, la princesa Alexia, y otros miembros de la familia real. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el notable cambio físico de la princesa de Orange.
Amalia, que recientemente ha aumentado su presencia pública tras su regreso de España, donde se refugió debido a amenazas de la Moccro Mafia, reapareció visiblemente más delgada, algo que no pasó desapercibido para los medios ni para la opinión pública.
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La princesa eligió un vestido verde intenso de la firma Safiyaa, con mangas tipo capa y escote lágrima, un diseño previamente llevado por Sarah Ferguson, duquesa de York. Complementó su look con sandalias doradas y un clutch a juego, además de una diadema de perlas doradas de una firma low cost, cuyo precio es inferior a 10 euros.
Aunque la figura de la hija mayor de los reyes de los Países Bajos ha sido motivo de comentarios en varias ocasiones, esta vez el foco ha estado en su evidente pérdida de peso. En el pasado, incluso se llegó a especular en Holanda sobre la alimentación de la princesa, dado que tanto su madre, Máxima, como su padre, el rey Guillermo Alejandro, tienen una complexión grande. Por ahora, la casa real no ha emitido ningún comunicado sobre la transformación física de Amalia, y no se sabe si ha estado siguiendo algún tipo de dieta en los últimos meses.