Cuando hablamos de los perros, sin dudas, se nos viene a la mente que son los animales más fieles y buenos que existen. Y eso es verdad, claro, aunque hay algunas excepciones. Expertos en el asunto han comprobado que éstos pueden desarrollar el sentimiento del odio, pero no con todas las personas.
En la Universidad japonesa de Kioto, se llevó a cabo un experimento donde se investigaron a tres grupos de 18 perros. Éste tenía como objetivo que los dueños pudieran abrir una caja con ayuda de dos personas más, desconocidas para su mascota. El primero de los grupos estudiados fue el cual el dueño pedía ayuda a dichas personas y éstas se negaban.
En el segundo grupo, el dueño del can pidió ayuda y solo una de las dos personas lo socorrió, mientras que la tercera no intervino para nada en el asunto. Y en el tercer y último grupo, nadie intervino más que el dueño. Esta investigación arrojó un resultado interesante: los perros ignoraron al extraño que se negó a brindar ayuda y, sí recibieron comida de parte de aquellas que en el asunto se mantuvieron neutrales.
Esto implica, entonces, que los perros hacen evaluaciones sociales y emocionales de las personas, más allá de si estás sacian o no algunas de sus necesidades. Esto no quiere decir que no se manejan solo por interés, sino que tiene una capacidad cooperativa, muy similar a la de los humanos. Por último, el investigador de este experimento ha reconocido que estas mascotas pueden desarrollar sentimientos negativos o de indiferencia hacia quienes no se compartan bien con su dueño o familia.