Las quemaduras pueden surgir de diversas maneras: al tocar una bandeja caliente, al exponerse al sol por demasiado tiempo o al derramar café sobre la ropa. Estas lesiones, aunque incómodas, son bastante comunes en el hogar. Las mismas se clasifican según su gravedad; las de primer grado, por ejemplo, son de las menos severas, afectando solo la capa externa de la piel y generando enrojecimiento e hinchazón, pero normalmente se curan sin mayores complicaciones.
Mientras, las quemaduras de segundo grado afectan las capas más profundas de la piel, provocando ampollas y piel blanquecina, húmeda y brillante. Las de tercer grado dañan todas las capas de la piel, y las de cuarto grado pueden afectar articulaciones y huesos, constituyendo emergencias médicas que requieren atención hospitalaria. La mayoría de primer y segundo grado, si el área afectada es menor de 3 pulgadas de diámetro, pueden tratarse en casa; por ello, hoy te contamos los mejores remedios caseros.
Las quemaduras leves suelen sanar en una o dos semanas sin dejar cicatrices y el tratamiento busca aliviar el dolor, prevenir infecciones y acelerar la curación. Primero, enjuaga el área afectada con agua fresca (no fría) durante unos 20 minutos y luego límpiala con agua y un jabón suave. Para reducir la fatiga, aplica una compresa fría o un paño húmedo limpio en intervalos de 5 a 15 minutos, evitando que se produzcan compresas excesivas.
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Por su lado, el aloe vera es eficaz para sanar quemaduras de primer y segundo grado gracias a sus propiedades antiinflamatorias, su capacidad para promover la circulación y su acción inhibidora sobre las bacterias. La miel también es útil para tratar quemaduras leves; es un antiinflamatorio, antibacteriano y antifúngico natural. Para prevenir infecciones, siempre es recomendable aplicar cremas y los ungüentos antibióticos.