Los vínculos tóxicos no solo se encuentran en parejas, sino que también pueden surgir en amistades y en el entorno familiar. Una amistad tóxica, al igual que los matrimonios o noviazgos, puede volverse perjudicial para nuestra salud mental. La toxicidad, ya sea con amigos de toda la vida, compañeros de trabajo o conocidos de la escuela, puede provocar malestar, ansiedad y emociones negativas, llevando a la eventual ruptura, por lo que es crucial reconocer y abordar estas dinámicas para proteger nuestro bienestar emocional.
Si has pasado por una amistad tóxica, es posible que hayas experimentado la ruptura de ese vínculo o estés enfrentando el mal momento emocional que conlleva. Estas emociones pueden tener múltiples causas y los psicólogos ofrecen señales para ayudarte a reconocerlas. Y es que, aunque considerar a un amigo como un hermano generalmente implica apoyo y confianza, a veces resulta dañino.
Si te sientes utilizado solo cuando te necesitan, inseguro, sin apoyo, o si la otra persona siempre se victimiza en los conflictos, podrías estar en una amistad tóxica. Según Psonríe, estos vínculos se basan en intereses personales en lugar de una genuina apreciación. Los verdaderos amigos no se juzgan, permanecen a tu lado y generan bienestar. Actitudes como falta de empatía, críticas constantes o manipulación indican toxicidad.
Suscríbete gratis a nuestro canal de noticias para más consejos
En este contexto, si tienes una amistad tóxica, establece límites claros y comunica tus necesidades de forma firme. Fomenta una comunicación fluida para abordar y resolver problemas. Rodéate de personas positivas y recuerda que puedes elegir a tus amigos; mantener situaciones negativas no es beneficioso. Cultiva nuevas amistades que te apoyen emocionalmente y considera buscar apoyo profesional. Un psicólogo o terapeuta puede proporcionarte herramientas para manejarlo y mejorar tu bienestar emocional, ayudándote a entender tus necesidades y límites.