La ciencia ha comenzado a desentrañar por qué algunas personas infieles no sienten culpa, y los resultados seguramente van a impactar en aquellos que han sido traicionados alguna vez. Si bien suele ser común que los infieles experimenten algún grado de remordimiento, los expertos aseguran que en su mayoría estos no experimentan ningún sentimiento o sensación de culpabilidad.
Los expertos aseguran que los infieles enseñan una desconexión moral que les impide reconocer su acto como algo erróneo. Esta desconexión, según estudios, es una forma de autojustificación que permite al infiel separar sus acciones de las normas morales que, en teoría, deberían guiar su comportamiento.
Además, estas investigaciones han enseñado que esta falta de culpabilidad que tienen los infieles no es simplemente una cuestión de falta de empatía o de un carácter particularmente insensible. Más bien, tiene raíces profundas en la forma en que algunas personas procesan la moralidad. La psicología sugiere que aquellos que recurren a la desconexión moral suelen ver sus actos de infidelidad como excepciones justificadas a las reglas de la moral, lo que les permite actuar sin remordimientos.
Además, se ha hallado que las razones detrás de la infidelidad son variadas: desde la insatisfacción en un vínculo, hasta la búsqueda de algo que sienten que han perdido en sí mismos. Sin embargo, cuando la desconexión moral se hace presente, los infieles pueden llegar a creer que su comportamiento es permisible, siempre y cuando no se vuelva una conducta recurrente. Este tipo de pensamiento justifica las acciones del infiel bajo una moral "a la carta", adaptada a su conveniencia.
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