Los tratamientos de la psicología vienen creciendo a nivel global en los últimos años. Los beneficios que hacen a nuestro bienestar y los aportes que la terapia nos brinda para ayudarnos a resolver nuestros problemas son algunos de los motivos por los que este fenómeno se viene dando. ¿Estás evaluando tener tu primera experiencia de esas características, pero no te animas por completo a dar el paso? A continuación, 5 motivos por los que podría serte de utilidad hacerlo.
Es un espacio personal y de confianza
El consultorio de un terapeuta es un espacio en el que podemos hacer algo que a todos nos gusta hacer: hablar sobre nuestros problemas con franqueza y con la seguridad de que nuestra privacidad será respetada. Una vez que entres en confianza, tu psicólogo será prácticamente un amigo al que puedes contarle lo que te ha estado sucediendo.
Contribuye con nuestra autoestima
Habitualmente, uno de los objetivos de la terapia es ayudarnos a ver las cosas desde otra perspectiva y, en esa línea, mejorar nuestra autoimagen. En definitiva, la idea es que nos valoremos y aceptemos a nosotros mismos tal como somos.
Nos permite resolver problemas personales
Los conflictos con amigos, parejas, familiares y seres queridos en general son situaciones desagradables para todo el mundo, pero, en cierta medida, son inevitables. Con respecto a ello, la psicología busca brindarnos herramientas comunicacionales y emocionales para lidiar mejor con ese tipo de escenarios.
Posibilita la prevención de crisis emocionales
Es habitual que nuestras situaciones de malestar y crisis a nivel emocional tengan diversos puntos en común, aunque a nosotros nos cueste verlos. La terapia ayudará a que los identifiquemos y, de esa manera, podamos prevenir momentos críticos en un sentido anímico.
Ayuda a superar comportamientos negativos
Si sientes que eres extremadamente negativo, o notas que, ante el menor obstáculo, abandonas tus objetivos, la terapia puede ser la respuesta para ti. La psicología intenta que superemos los comportamientos perniciosos con los que, aún sin quererlo, nos dañamos a nosotros mismos.
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