Pocas cosas son más dolorosas que la pérdida de una mascota. Por muchas que afrontemos, y por mucho que nos repitamos que esa va a ser la última, nunca terminamos de acostumbrarnos y nunca dejan de impactar en nuestras vidas. Pero, ¿qué pasa cuando es al revés? ¿Qué sucede cuando los que partimos somos nosotros? ¿La historia de Hachiko es algo habitual?
National Geographic tuvo la posibilidad de entrevistar a Tania Vanessa Arriaga Osnaya, médica veterinaria zootecnista especialista en etología clínica. En ese diálogo, la experta fue muy clara sobre el proceso de duelo que viven las mascotas cuando un familiar fallece y se encargó de delimitar dos maneras de pasarlos.
La primera de ellas es la que se podría definir como el "duelo tradicional". En este apartado, la experta explica que los perros y gatos solo lo experimentan cuando ven fallecer a la persona en cuestión, especialmente si ha visto el deterioro o las etapas finales de la misma. Este proceso puede durar de 1 a 5 meses dependiendo lo estrecho del vínculo.
La segundas de las maneras en las que pueden afrontar una pérdida sucede si no están presentes al momento de la partida. Si una persona fallece fuera de su casa (incluso en el hospital), los perros y los gatos no asimilarán lo sucedido y solamente presentarán conductas más vinculadas a un estado de ansiedad por la ausencia repentina de ese ser querido.