¿Te has encontrado saltando de un drama amoroso a otro y excusándote diciendo que simplemente amas demasiado? No estás tan lejos de la realidad. Existe una conexión real entre el cerebro y el amor que puede llevar a una verdadera obsesión.
Helen Fisher, una reconocida antropóloga que ha dedicado décadas al estudio del amor, sostiene que los compuestos químicos que nuestro cuerpo produce durante la etapa del enamoramiento pueden ser tan absorbentes como otras dependencias más conocidas. Cuando estamos enamorados, nuestro cerebro libera una explosión de dopamina, serotonina y endorfinas. Estas hormonas son las responsables de esa sensación de euforia que nos hace querer estar cerca de esa persona especial todo el tiempo.
Sin embargo, ese torrente de felicidad no dura para siempre. Después de aproximadamente 12 a 15 meses, la intensidad de esas hormonas empieza a disminuir. Es aquí cuando la obsesión amorosa puede llevar a comportamientos poco saludables, como la depresión o el deseo irrefrenable de recuperar esa sensación inicial.
La trampa de la euforia
Para algunas personas, el deseo de revivir esa emoción inicial puede convertirse en una necesidad constante. Esto se traduce en una búsqueda interminable de nuevos vínculos o en la incapacidad de salir de una que es dañina. En estos casos, la persona puede sentirse atrapada en un ciclo donde sus decisiones están dominadas por el deseo de experimentar nuevamente ese subidón emocional. Según la psicóloga Ana Pérez, la tendencia a obsesionarse con el amor no es solo cuestión de química cerebral. Factores como la autoestima, la historia personal y la salud mental juegan un papel crucial. Algunas personas incluso tienen una predisposición genética que las hace más propensas a desarrollar estas conductas obsesivas.
Poniendo fin al ciclo
Superar esta dependencia emocional no es tarea fácil, pero es posible. El primer paso es reconocer que existe un problema. Una vez hecho esto, es importante rodearse de un buen círculo de apoyo (o sea, tus amigos) y encontrar actividades que te hagan sentir bien sin depender de otra persona para obtener esa sensación de satisfacción. Si te encuentras atrapado en una relación obsesiva, recuerda que hay ayuda disponible. Buscar el consejo de un profesional puede ser clave para recuperar el control de tu vida y romper con los patrones destructivos.
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