Marta Riesco, exreportera y figura mediática, ha desvelado recientemente las estrictas limitaciones que vivió durante su tiempo trabajando con Ana Rosa Quintana. En una entrevista, Riesco compartió cómo las normas y restricciones a las que estaba sometida influían en su desempeño y en su estado de ánimo, describiendo la experiencia como una etapa "encorsetada" de su carrera profesional.
Durante su paso por "El Programa de Ana Rosa", Marta no solo tuvo que lidiar con las altas expectativas profesionales, sino también con una serie de reglas que limitaban su libertad de expresión y estilo personal. Según la periodista, le prohibían usar ciertas prendas de vestir como camisetas de tirantes y hasta le llamaban la atención por detalles tan específicos como llevar un eyeliner negro. "Era una persona que trabajaba duro, pero siempre con un corsé que impedía ser yo misma", explicó Riesco, aludiendo a cómo estas normas interferían en su capacidad para desenvolverse con naturalidad.
Estas restricciones no solo afectaron su imagen, sino también su manera de interactuar con sus compañeros y con las figuras públicas que entrevistaba. "Se me frenaba mucho porque yo soy una persona muy extrovertida y me gusta tratar a la gente de igual a igual", comentó. Este control sobre su comportamiento profesional generaba tensiones y, en última instancia, una desconexión con el equipo de trabajo y la audiencia.
Riesco también habló sobre la relación distante que mantuvo con sus compañeros durante esta etapa, mencionando que, tras su despido, solo dos personas del equipo de Ana Rosa se preocuparon por su bienestar. "Pepe del Real y Antonio Rossi fueron quienes más me decepcionaron. Eran amigos, pero cuando las cosas se complicaron, desaparecieron", declaró con cierta tristeza, dejando entrever la soledad que sintió en esos momentos.
En contraste con su experiencia anterior, Marta Riesco ahora se siente mucho más libre y cómoda en su nuevo entorno laboral, donde puede ser ella misma sin temor a reprimendas. "Aquí me dejan ser como quiero ser, nadie se cree más que nadie, y eso es algo que valoro muchísimo", expresó, subrayando la importancia de un ambiente laboral en el que todos son tratados por igual.
Esta revelación de Marta Riesco arroja luz sobre las dificultades que algunos profesionales enfrentan en la industria televisiva, donde la imagen y la conformidad a veces pesan más que la autenticidad y el talento.