Una de las frases que más se repite habitualmente es que los 20 o 30 de la actualidad no tienen nada que ver con lo que se vivía en las mismas edades de hace algunas décadas atrás. Sea por la manera en la que las personas se toman la vida o la conciencia que hay sobre los tiempos de cada uno, lo cierto es que la idea que queda es que la juventud se ha extendido de manera notable.
Que "los 30 son los nuevos 20" era una frase que había aceptada sin mayores cuestionamientos. Después de todo, era una máxima que más tarde o más temprano iba a terminar favoreciendo a cada quien y que incluso se podía extender hacia décadas posteriores, porque significaba que el umbral de la juventud se había desplazado hacia adelante. Sin embargo, no podemos tener nada bonito porque de inmediato alguien quiere terminarlo y es allí donde la Unesco dijo presente.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha determinado oficialmente en qué momento se deja de ser joven y se entra oficialmente en la vejez. Según un estudio de los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Standford, esta etapa de la vida comienza a los 78 años, ya que allí se produce una baja drástica en la producción de proteínas.
Aunque son buenas noticias, claro que eso no significa que hasta los 78 todos integremos el mismo grupo etario. Cada etapa de la vida se divide por muchas circunstancias y por grupos mucho menos amplios. Aún así, nadie puede decirse viejo hasta que no supera la meta que ha determinado la Unesco.