La tendencia de los piercings ha crecido exponencialmente en los últimos años, con opciones para casi cualquier parte del cuerpo. Desde el lóbulo de la oreja hasta la ceja, la nariz y el ombligo, las posibilidades son infinitas. Sin embargo, no todas las zonas del cuerpo son adecuadas para realizarse una perforación. Expertos advierten que hay lugares que deben evitarse debido a su alta probabilidad de causar problemas.
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"Lo normal es siempre iniciarse con la oreja, siendo lóbulos o hélix los más populares", explican. Pero hay ciertas áreas del cuerpo que presentan más complicaciones que beneficios. "No recomendamos ciertas perforaciones que ya se ha demostrad* que son problemáticas como: superficiales de la lengua, punta de la lengu*, frenillo superior del labio y frenillo de la lengua", mencionan. Estas zonas, debido a su anatomía y constante movimiento, son propensas a infecciones y problemas de curación.
Además de evitar áreas problemáticas, es crucial elegir un lugar de confianza y asegurarse de que el profesional utilice técnicas y materiales adecuados para hacer piercings. "No necesariamente tiene que trabajar con oro sólido de 18kts y diamantes, pero sí que debería trabajar con titanio y técnica aséptica", afirman. La higiene y el cuidado posterior son esenciales para una buena cicatrización. "Uno de los mejores tratamientos para un piercing es la paciencia, junto con la higiene y seguir las recomendaciones de nuestro piercer de confianza", agregan.
Finalmente, es importante estar atento a las señales que indican que un piercing puede no ser adecuado para ti. "En general, cualquier piercing que no posea la anatomía adecuada: algunos ombligos, algunos tragus... para eso es necesario contar con un profesional con experiencia que te aconseje no realizar la perforación y que no la haga pese a que el cliente desee hacérsela", enfatizan. La decisión de hacerse un piercing debe ser tomada con cuidado y conocimiento, priorizando siempre la salud y el bienestar personal.