Para esos momentos en los que el tiempo es limitado, esta opción cae como anillo al dedo: clásico cheesecake de limón sin horno. Este postre es refrescante, cremoso y tiene el equilibrio perfecto entre lo dulce y lo ácido. Además, solo necesitas unos pocos ingredientes que probablemente ya tienes en casa.
Para prepararlo, necesitarás galletas María, mantequilla derretida, queso crema, leche condensada, jugo de limón y ralladura de limón. Estos ingredientes básicos se transforman en un postre espectacular en cuestión de minutos.
Comienza triturando las galletas María hasta obtener un polvo fino, luego mézclalo con la mantequilla derretida para formar la base del cheesecake. Presiona esta mezcla en el fondo de un molde desmontable y refrigera mientras preparas el relleno.
En un bol, bate el queso crema hasta que esté suave, luego añade la leche condensada, el jugo y la ralladura de limón. Mezcla todo hasta obtener una crema homogénea y viértela sobre la base de galletas. Lleva el molde al refrigerador y deja enfriar por al menos cuatro horas, o hasta que el cheesecake esté firme.