A las 22:30 de la noche en Madrid, las gradas del Santiago Bernabéu estaban abarrotadas por decenas de miles de personas ansiosas por el segundo de los cuatro conciertos de Karol G en la capital española. La estrella colombiana anunció una sorpresa especial: una persona que había marcado su infancia se uniría a ella en el escenario para interpretar una canción icónica. Nadie esperaba que la sorpresa fuera Amaia Montero.
"Tengo la suerte de cantar con artistas de quienes escuché su música toda mi vida, artistas que van a subirse este escenario a regalarnos un momento único e increíble. Y hoy, España, ustedes no se van a quedar atrás", anunció Karol G. "Hoy tengo ahí a una personita que lleva dos años sin subirse a un escenario y está nerviosa, pero ustedes le van a regalar una de las mejores noches de su vida. Cuando la busqué le dije que su música acompañó mis atardeceres, mis tardes con mis amigos y seguro que muchos de ustedes escucharon su música. Ella, aquí en esta tierra, es una reina".
El ritmo de la batería empezó a sonar y, entre una nube de humo, Amaia Montero, vestida de blanco, apareció en escena. Era la primera vez en mucho tiempo que la cantante volvía a subirse a un escenario, y lo hizo para interpretar una de sus canciones más emblemáticas: "Rosas". Los gritos de los aficionados retumbaron en el anfiteatro madrileño.
"En un día de estos en que suelo pensar / Hoy va a ser el día menos pensado", comenzó a cantar Amaia Montero, justo antes de fundirse en un abrazo con Karol G. Juntas, entonaron a dúo el icónico estribillo. Los cánticos ensordecedores del público hicieron casi imposible escuchar sus versos, así que Amaia alzó el micrófono para que fuera la multitud quien completara la canción, regalándole a la artista una noche inolvidable.