Si Harry y Meghan esperaban separarse por completo de la vida mediática luego de renunciar a sus compromisos oficiales de la corona, así como al sustento económico de la misma, estaban muy equivocados. Y es que hoy más que nunca sus actividades y movimientos en Estados Unidos están en el ojo del público y de la prensa, especialmente tras el cumpleaños de su hija más pequeña.
Harry y Meghan tomaron una difícil decisión al abandonar todo vínculo oficial con la realeza de Inglaterra y hoy afrontan las consecuencias de ser una de las parejas más polémicas de la farándula a nivel mundial. Por eso, el 3° cumpleaños de su pequeña, Lilibet Diana, sucedió en medio de un silencio absoluto y de protocolos muy estrictos para tener el mejor festejo posible.
Tal es así que, con el objetivo de mantener la celebración de su hija en secreto, Harry y Meghan tuvieron todos los recaudos necesarios y cuidaron cada uno de los detalles, empezando por la lista de invitados. Para evitar cualquier tipo de prensa, seleccionaron solo algunos amigos y familiares para asistir a la fiesta, que tuvo lugar el 4 de junio y duró varios días.
Pero además, Harry y Meghan fueron más allá y obligaron a los proveedores del evento a firmar contratos de confidencialidad para descartar por completo estas filtraciones. Así lo confesó un vecino de su lugar de residencia, Montecito, California. Con esta información, queda claro que la pareja está muy preocupada por su seguridad y privacidad y que hará todo para cuidar a sus hijos de la prensa.