A lo largo de la historia, Gran Bretaña ha sido, sin lugar a dudas, uno de los mayores proveedores de monedas para el mercado coleccionista. Por su interesantísima historia, la isla ha fabricado ejemplares que también destacan por su valor histórico, lo que los ha llevado a tener una importante valoración económica entre los numismáticos. A continuación, el caso de una moneda que es el perfecto ejemplo de ello.
La corona de plata del año 1818 es una de esas antiguas joyas que cualquier numismático quisiera tener en su colección. Con 37,8 milímetros de diámetro y 28,3 gramos de peso, esta moneda, con más de dos siglos de antigüedad, destaca por su bonito diseño y, ante todo, por su valor histórico. ¿Queréis saber por qué?
Esta pieza lleva en su anverso la imagen del rey Jorge III, quien llevó las riendas de su nación por nada menos que seis décadas, entre los años 1760 y 1820, convirtiéndose en una de las referencias más importantes de toda la historia británica. Por eso, este ejemplar numismático de su época y con su rostro es una auténtica joya. Pero, claro, su valor de mercado no se queda atrás…
Con las certificaciones que corresponden y un estado de conservación adecuado, el valor de mercado de esta moneda ronda alrededor de los 5000 euros según los sitios especializados. ¡Una cifra impresionante! Como podemos ver, se trata de una joya con la que pocas se podrían comparar. ¿Os gustaría contar con ella?
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