En el campo de la numismática, las piezas de gran antigüedad suelen estar entre las más codiciadas. Existen ejemplares que, verdaderamente, contienen un pedazo de historia, lo que los convierte en ineludibles anhelos para los coleccionistas. A continuación, conoceremos una moneda francesa que es el perfecto ejemplo de ello.
La moneda del franco de oro del rey Carlos V, acuñada entre los años 1364 y 1380, es una verdadera joya del coleccionismo. Con 28 milímetros de diámetro y 3.8 gramos de peso, esta pieza con casi siete siglos de antigüedad es uno de esos ejemplares que cualquiera quisiera tener.
Más allá de su antigüedad, su material de fabricación y su bonito diseño, lo interesante de esta moneda es su vinculación con la historia de Francia. Como hemos visto, lleva la imagen del rey Carlos V, uno de los monarcas de la dinastía Valois, que llevó las riendas de su país nada menos que 16 años.
Dependiendo de sus condiciones de conservación, y considerando que debe poseer las certificaciones correspondientes, esta moneda tiene un valor que oscila entre los 15.000 y los 25.000 euros aproximadamente en el mercado coleccionista. ¡Una auténtica fortuna! Sin dudas, se trata de una joya con la que pocas piezas se podrían comparar.
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