El secreto de unas manos suaves y radiantes está al alcance de tus dedos. Y es que, con el constante lavado y, al estar constantemente frente a diversos factores ambientales, es crucial adoptar una rutina que nos permita nutrir y proteger esta zona tan visible.
Primero, la hidratación constante es clave. Los expertos recomiendan el uso de ungüentos hidratantes de calidad, que deberán ser aplicadas después de cada lavado y varias veces al día. Las fórmulas que contengan ingredientes como glicerina, ácido hialurónico o aceites naturales te ayudarán a retener la humedad y a restaurar la barrera protectora de la piel.
Como segundo truco, protege tus manos del sol. A menudo olvidadas en nuestra rutina de protección solar, las manos están propensas a los rayos UV tanto como el resto de nuestra piel. Aplica un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30 cada mañana y vuelva a aplicar durante el día.
Finalmente, no debes descuidar tus uñas y cutículas. Mantén esta zona limpia para evitar la acumulación de bacterias y hongos. Además, hidrata regularmente tus cutículas y evita quitarlas en exceso, ya que actúan como barrera natural contra las infecciones. ¿Sabías todo esto?