El desayuno, esa primera comida que nos impulsa hacia nuevas aventuras, puede convertirse en un ritual delicioso y reconfortante con solo un toque de creatividad en la cocina. Si estás buscando ideas frescas y sencillas para darle un giro especial a tus mañanas, esta es tu oportunidad.
Primero tenemos el clásico desayuno saludable y equilibrado: los huevos revueltos con espinacas y queso. En una sartén caliente, saltea un puñado de espinacas frescas con un chorrito de aceite de oliva hasta que se marchiten ligeramente. Luego añade dos huevos batidos y revuelve suavemente hasta que estén cocidos a tu gusto. Agrega una pizca de sal y pimienta al gusto, y termina con una generosa capa de queso rallado.
En segundo lugar, para los amantes de los sabores dulces, unas deliciosas tortitas de avena y plátano son una opción irresistible. En un tazón, mezcla una taza de avena instantánea, dos plátanos maduros machacados, dos huevos y una cucharadita de polvo de hornear. Cocina las tortitas en una sartén antiadherente hasta que estén doradas por ambos lados. Puedes servirlas con una generosa porción de frutas frescas, un chorrito de miel o jarabe de arce.
Pero si prefieres algo rápido, pero lleno de energía, prueba un smoothie bowl tropical. En la licuadora, combina una taza de piña congelada, medio plátano, una taza de espinacas frescas, una cucharada de semillas de chía y suficiente leche de almendra o yogur natural para obtener la consistencia que se busca. Vierte la mezcla en un bol y decora con rodajas de plátano, coco rallado, semillas de granada y un toque de miel. ¿Te apuntas?