¿Quieres descubrir la clave para mejorar tu bienestar en tus vínculos interpersonales? La respuesta radica en una habilidad esencial que a menudo no valoramos lo suficiente: la asertividad. Esta capacidad de comunicar nuestros pensamientos y emociones de manera clara y directa, sin perjudicar a los demás, puede ser crucial para perfeccionar tu comunicación, tomar decisiones más acertadas y elevar tu autoestima.
Sonia Díaz Rois, especialista en gestión de la ira y eneagrama, define la asertividad como "la capacidad de expresar nuestros derechos y necesidades de manera adecuada, respetando los de los demás". Sin embargo, alcanzar el bienestar en nuestras relaciones va más allá de esto. También implica saber pedir lo que necesitamos y aprender a decir no cuando es necesario, estableciendo límites sin ofender a los demás.
Una persona asertiva se comunica de manera serena, respetuosa y segura, adaptando su mensaje al momento adecuado. Aunque algunas personas tienen esta habilidad de forma natural, la asertividad puede aprenderse y desarrollarse a través del autoconocimiento. Esta habilidad nos ayuda a evitar conflictos innecesarios, gestionar críticas y quejas de manera constructiva, y comunicar nuestras preferencias de manera clara. Además, fomenta la empatía y la compasión, brindando bienestar a nuestra autoestima al evitar sentimientos de inseguridad y rechazo.
La asertividad no solo mejora nuestras vinculaciones con los demás, sino que también promueve un mayor bienestar personal. A través de ella, evitamos el temor a los conflictos, la necesidad de complacer a todos y la comunicación confrontativa. Es la clave para una comunicación efectiva y vínculos más saludables.