Unas uñas saludables no solo son estéticamente agradables, sino que también reflejan nuestra salud general. Evitar hábitos algunos hábitos es clave para mantener su fortaleza, ya que en muchas ocasiones solemos tenerlas frágiles y quebradizas sin saber el motivo, lo que se convierte en una situación muy frustrante para algunas personas.
En este contexto, a menudo buscamos soluciones para fortalecer nuestras uñas, pero sin considerar que ciertas prácticas diarias están debilitándolas inadvertidamente. Por ejemplo, el uso constante de esmaltes y quitaesmaltes que contienen acetona las resecan. Por ello, es aconsejable dejarlas descansar del esmalte de vez en cuando para recuperarse.
Asimismo, el tener las manos por un tiempo prolongado en el agua al lavar platos, limpiar o nadar ablandan las uñas y son más propensas a quebrarse. Por otro lado, morderse las uñas y las cutículas no solo es poco higiénico, sino que también las debilita y las hace susceptibles a infecciones, perjudicando, a su vez, su crecimiento saludable.
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El uso frecuente de detergentes y productos de limpieza son otro factor, ya que deshidratan las uñas debido a sus químicos. Es crucial usar guantes al manipular estos productos para proteger tanto las manos como las uñas. Mientras, una dieta carente de vitaminas y minerales como biotina, hierro, zinc y proteínas agudiza el problema, al igual que la falta de hidratación. Ten en cuenta estos factores y verás un cambio radical