Desde hace ya mucho tiempo, el esmalte semipermanente se ha vuelto una excelente alternativa para estar a la moda y expresar la identidad y personalidad de cada usuario o usuaria. Pero aunque no sea necesariamente un proceso desconocido o poco común, aún existen muchos prejuicios y rumores al respecto.
Así es como el esmalte semipermanente, esta técnica conocida por su duración y firmeza sobre las uñas, fue consiguiendo una pésima fama ante los ojos de los usuarios de internet y de la sociedad en general. Hoy, contamos los mitos y verdades de este tratamiento de manicure que tan difamado ha sido.
Contrario a lo que sostiene el mito popular, el esmalte semipermanente no daña la salud de la uña si se utilizan productos de calidad y se cuida el proceso adecuadamente. También es crucial evitar morder las uñas para mantener su apariencia impecable y la salud de las uñas y cutículas. Otro mito desmentido es la necesidad de dejar descansar la uña entre aplicaciones.
¿Por qué no es necesario dejar “descansar” o “respirar” las uñas tras un esmalte semipermanente? Primero, porque las uñas son células de keratina que no respiran y segundo porque puede resultar contraproducente y generar humedad y hongos si no es bien tratado. Además, no resulta cierto que las luces generen enfermedades en la dermis, lo que en cualquier caso puede ser contrarrestado usando protección solar.