En su entorno natural, el perro se alimentaría mayormente de carne, siendo un animal carnívoro. No obstante, si bien a través de las presas obtendría nutrientes y vitaminas, estas también las consigue en algunas frutas y verduras. Dado que ante nuestra convivencia doméstica con ellos no tienen la posibilidad de cazar por sí mismos y dependen de nosotros para su alimentación, es esencial considerar sus necesidades nutricionales al seleccionar su dieta.
En este contexto, los especialistas suelen aconsejar optar por una dieta variada para los perros, que incluya principalmente carne o pescado y cantidades moderadas de frutas y verduras frescas. Este enfoque nutricional proporciona una amplia gama de nutrientes esenciales para la salud del can, asegurando un equilibrio adecuado de proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Es importante tener en cuenta que, aunque hay muchas frutas recomendadas para perros, algunas son altamente tóxicas, por lo que te recomendamos las más seguras para ellos. Por ejemplo, los arándanos son ideales para prevenir afecciones cardíacas debido a su contenido antioxidante, también aportan vitamina C y fibra, aunque es esencial retirar las semillas antes de ofrecérselos. Por otro lado, la manzana es beneficiosa para la diarrea y problemas estomacales gracias a sus propiedades digestivas y astringentes, además de ser rica en vitamina C y tener propiedades antiinflamatorias.
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Asimismo, las peras, con más del 80% de agua, tienen pocas calorías y son ricas en fibra y potasio, ideales para la salud intestinal y cardiovascular de los perros diabéticos. En tanto, las fresas son antioxidantes y promueven una piel sana, previenen la oxidación celular, fortalecen los huesos y mejoran la digestión gracias a sus propiedades diuréticas y digestivas. También puedes optar por frutas como la sandía, el kiwi o el melón.