Aunque muchos no lo crean así, el mundo de la numismática está lleno de sorpresas y de novedades, y es un universo en constante expansión. Y es que el estudio de las monedas alrededor del mundo siempre ha sido muy popular, tanto para aquellos coleccionistas que buscan tener increíbles tesoros como para las personas que simplemente buscan dinero al intercambiar bienes.
Pero así como tiene miles de adeptos alrededor del mundo, y millones de monedas especiales que valen la pena coleccionar, la numismática también tiene sus secretos y sus exigencias. Entre ellas está, por supuesto, el mantenimiento de las piezas de colección, que tiene pasos muy específicos y cuidados muy rigurosos, en especial con las unidades hechas de cobre.
Y es que no todas las monedas tienen los mismos requerimientos. Si bien la mayoría de los ejemplares necesitan, por ejemplo, de guantes para no estropear la superficie de los mismos o de mantenerlos lejos de los rayos solares y de ambientes húmedos, hay cuidados especiales para las piezas hechas de cobre. En primer lugar y principalmente: evitar todo tipo de líquido abrasivo.
Si bien se acostumbra a hacer una limpieza con agua jabonosa y acetona en la mayoría de las monedas, si tus ejemplares son de cobre debes mantenerlos lejos de los productos anteriores. Es preferible hacer una limpieza superficial que estropearlas con agentes que podrían cambiar su aspecto y desvalorizarlas permanentemente.