Durante el inicio de su viaje de Estado por Holanda, la reina Letizia Ortiz fue diagnosticada con Neuroma de Morton, una afección que afecta el pie izquierdo de la monarca española y que la obligó a utilizar una silla durante un acto oficial por primera vez.
El Neuroma de Morton, la condición que doblega a Letizia, provoca el pinzamiento del nervio del hueso metatarsiano, lo que resulta en dolor e inflamación, especialmente al permanecer de pie durante períodos prolongados. Esta dolencia está relacionada con la metatarsalgia crónica, una lesión común que causa molestias en la zona de apoyo de la planta del pie.
En términos médicos, el neuroma de Morton se refiere a un engrosamiento del tejido alrededor de uno de los nervios de los dedos del pie, una tumoración benigna que no implica riesgo de cáncer. Los síntomas pueden variar desde dolor y ardor en la parte delantera del pie hasta sensación de tener una piedra dentro del zapato.
El tratamiento para el neuroma de Morton depende de la gravedad de los síntomas y puede incluir medidas como evitar el uso de zapatos ajustados o de tacón alto, emplear plantillas ortopédicas para redistribuir la presión en el pie y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos para extirpar el tejido engrosado alrededor del nervio.
A pesar de este diagnóstico, la reina Letizia continuó con su agenda real en Holanda, mostrando su compromiso con sus deberes reales a pesar de las molestias causadas por esta condición médica.