En medio de los vítores y aplausos al asistir al besapiés del Cristo de Medinaceli, el Rey Felipe VI de España ha dejado traslucir un alma solitaria, a pesar de la efusividad del público. Este evento, arraigado en la Familia Real durante casi 300 años, se ha convertido en una tradición que une a la Corona española con el Cristo de Medinaceli. Sin embargo, la ausencia de la Reina Letizia en este acto simbólico ha avivado los rumores de crisis en el matrimonio real.
El rey Felipe VI, por segunda vez desde su ascenso al trono en 2014, ha participado en el besapiés, relegando a la Reina Sofía, quien representó a la Casa del Rey en años anteriores. Aunque aclamado y vitoreado, el monarca enseñó una faceta más cercana al acercarse afectuosamente a varias señoras, pero su gesto estuvo marcado por la soledad implícita en su apariencia regia.
La ausencia de la Reina Letizia en un evento tan arraigado ha avivado las especulaciones sobre la estabilidad del matrimonio real. En el transcurso de sus 20 años de matrimonio con Felipe VI, Letizia solo ha cumplido con esta tradición en 2004, cuando aún era la prometida del entonces Príncipe de Asturias.
La discrepancia en la participación de la pareja real en eventos importantes ha generado comentarios sobre posibles tensiones en su vínculo, y la soledad aparente del rey Felipe en este besapiés ha añadido un matiz preocupante a la situación.