La princesa Charlène de Mónaco ha sorprendido al mundo al romper uno de los protocolos no escritos de la realeza: la elección del color de las uñas. Durante un evento en la Alsacia francesa en conmemoración del 700 aniversario del matrimonio de Juana de Ferrette con Alberto II de Habsburgo, Charlène optó por una manicura de color noir, desafiando así las normas tradicionales.
Acompañada por su esposo, el príncipe Alberto, se destacó no solo por su atuendo elegante, sino también por su llamativa elección de manicura. Luciendo unas manos impecables con uñas cortas y esquinas ligeramente redondeadas, Charlène desafió las expectativas con un color oscuro y audaz, que contrastaba con su tez blanca.
Aunque esta no es la primera vez que la princesa Charlène opta por una manicura llamativa, sí marca la primera vez que utiliza el azabache en un evento público. Anteriormente, había optado por tonos más clásicos como el rojo o el burdeos. Su elección muestra su personalidad fuerte y su disposición a desafiar las convenciones en el mundo de la realeza.
La elección de colores vibrantes para las uñas está ganando popularidad entre las royals, como lo enseñó recientemente Mary Donaldson con un diseño en azul marino. Mientras que algunas como Máxima de Holanda y Carolina de Mónaco prefieren tonos más clásicos como el burdeos, otras, como la reina Letizia, optan por no pintarse las uñas para evitar el constante mantenimiento.