La vida sentimental del fallecido Carlos Falcó, V marqués de Griñón, sigue siendo tema de interés cuatro años después de su partida en marzo de 2020. Junto a su hermano Fernando, han sido personalidades prominentes en la crónica social española, conocidos por su nobleza y por los vínculos amorosos que han mantenido con algunas de las señoras más adineradas de Europa. Aunque sus matrimonios son conocidos, son sus noviazgos los que despiertan mayor curiosidad debido a su discreción y a las personalidades de sus amadas.
Carlos Falcó siempre se inclinó más por la ingeniería agrónoma y el campo que por los eventos sociales de la alta sociedad. Sin embargo, antes de su primer matrimonio, vivió dos intensos vínculos románticos dignos de una película. La primera, con Pilar Irisarri-Weiller, una dama rusa heredera de una prominente fortuna y ejecutiva de Cartier. Aunque el romance floreció durante unas vacaciones en Tailandia, las diferencias de carrera y estilo de vida pusieron fin al vínculo.
Posteriormente, Carlos cautivó a Cristina Onassis, hija del magnate Aristóteles Onassis, durante una cacería en la finca La Palomilla. A pesar de los esfuerzos de Cristina por conquistar su corazón, el marqués mantuvo su amistad y rechazó cualquier interés romántico. Aunque se embarcaron en viajes juntos y mantuvieron un vínculo cercano, Carlos nunca quiso comprometerse por dinero ni por intereses ajenos a un vínculo genuino.
Carlos Falcó dejó en evidencia que, a pesar de las tentaciones de la riqueza y la fama, valoraba la autenticidad y la conexión verdadera en sus relaciones. Sus romances con Pilar y Cristina reflejan la complejidad y los desafíos que enfrentó en su vida sentimental, marcada por la nobleza y la búsqueda de la verdadera felicidad en medio de la opulencia.