La princesa Leonor se encuentra en el ojo de la tormenta mientras enfrenta la separación de sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia.
El vínculo de Letizia con la familia real siempre fue complicada, marcada por la desconfianza de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía desde el inicio. La elección de Felipe de casarse con la experiodista, divorciada e hija de un taxista, no fue bien recibida, y esta tensión ha persistido a lo largo de los años.
Letizia, consciente del impacto de los escándalos de Juan Carlos I en la reputación de la monarquía, incluso se posicionó a favor de su abdicación y exilio. El malestar se extendió a las cuñadas de Letizia, la infanta Elena y la infanta Cristina, especialmente después del caso Nóos, donde presionó para distanciarlos de la familia real. Ahora, las revelaciones sobre la vida personal de la reina la han colocado como la mala de la historia, siendo vista como la "adúltera de España".
Leonor, afectada por la situación, ha sido vista llorando en la Academia Militar de Zaragoza. Se han recibido recomendaciones desde altos cargos de Zarzuela para que la princesa se aleje de su madre debido a la mala imagen que posee. La estrategia de Zarzuela es centrar el futuro de la corona exclusivamente en Leonor, mientras pintan a Letizia como parte del pasado.
Revistas han cambiado su enfoque, destacando los valores de Leonor, como compromiso, perseverancia y lealtad, mientras Letizia desaparece de las portadas después de años siendo protagonista. La consorte ya no interesa, y las presiones indican que cuanto más lejos de la madre y más cerca del padre, Felipe VI, mejor para la imagen de la monarquía.